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Adornar nuestra boca con piercings está de moda

Adornar nuestra boca con piercings está de moda

Adornar nuestra boca con piercings está de moda, pero… ¿conoces sus consecuencias?

La perforación de partes de la cavidad bucal pueden causar dolor, hinchazón, afectar al habla, la masticación o la deglución, además de provocar diversas complicaciones. Las principales son:

Infección: en la boca están presentes numerosas bacterias que facilitan el desarrollo de una posible infección.

Daños en las encías y el esmalte: el roce de los piercings contra los dientes o encías puede provocar recesión gingival, lesiones o llagas y erosionar el esmalte dando lugar a dientes sensibles y/o rayados.

Aumento del flujo salival: producido como mecanismo de defensa debido a que nuestra boca detecta cuerpos extraños en su interior.

Posibilidad de fracturas: al llevar un objeto metálico en la boca es más probable que alguna pieza dental pueda romperse si por accidente se muerde.

Formación de tejido cicatricial y queloide: tras no curarse de forma óptima debido a la complicada cicatrización de la cavidad bucal.

Existen múltiples tipos de piercings los más habituales que encontramos en el gabinete dental son:

Piercing en la lengua: tradicionalmente se realizaba en el centro de la misma y era de un solo agujero, pero la creatividad y las modas han provocado la aparición de múltiples variedades en las que se perfora la lengua a diferentes alturas, atravesándola de forma horizontal, o incluso en el frenillo.

 

Piercing en el labio: con el que nos referimos tanto a los que se encuentran propiamente en el labio, como los anexos a la zona.

Smiley/Smile: también conocido como sonriente, es una perforación en el frenillo de la encía del labio superior.

Cuidado y mantenimiento

La premisa principal es llevar una correcta higiene y un estilo de vida saludable. Cuanto más saludable sea el estilo de vida, más fácil será la cicatrización del piercing y, en consecuencia, se asumirá un menor número de riesgos.

Por ello, aconsejamos dormir el número recomendado de horas diarias para un buen estado del sistema inmune, así como seguir una dieta nutritiva y evitar hábitos nocivos como el consumo habitual de alcohol y tabaco, que pueden ensuciar la zona y provocar infecciones por la acumulación de restos tanto en dientes como en el piercing.

Debe evitarse la ingesta de mucha cafeína, así como también tomar medicamentos como la aspirina, ya que son sustancias que pueden aumentar el sangrado y la hinchazón.

Si el piercing roza en alguna parte de la cavidad bucal, se puede utilizar una cera protectora para ortodoncia de forma puntual, pero si el piercing bucal provoca heridas se debe acudir al dentista de confianza y que haga una valoración de la situación.

Lavarse las manos siempre antes de tocar el piercing o la zona perforada e intentar retirar el piercing si se va a practicar deporte.

Es aconsejable asegurarse que las piezas del piercing están siempre totalmente ajustadas para evitar tragarlas o atragantarse con ellas.

Después de las curas, cepillar el pendiente muy bien para evitar acumulación de placa y otros agentes bacterianos con un cepillo de celdas suaves en el caso del piercing en la lengua o frenillo.

Por lo demás, bastará con seguir una higiene bucodental diaria, un cepillado de dientes y un enjuague bucal después de cada comida, usando también hilo o cepillo interdental, y prestando atención a que tanto los dientes como la lengua y el piercing queden en perfectas condiciones.

En conclusión…

No podemos recomendar bajo ningún concepto los piercings orales, ya que solo aportan beneficios estéticos y son muchos los factores de riesgo que asumimos para nuestra salud bucodental.

Pero si ya te lo has hecho, o si es la ilusión de tu vida y te lo vas a hacer pese a los peligros existentes, si sigues los consejos que te proporcionamos, no deberías tener grandes problemas.

No obstante, para mayor tranquilidad y seguridad, siempre recomendamos acudir a tu dentista de confianza para que te realice un diagnóstico completo de la zona a la que afecta el piercing. De esta forma, el doctor podrá detectar posibles fallos en la curación de la herida, riesgos derivados de la higiene o riesgos de desgaste en el esmalte de tus dientes.

Porque una buena prevención, es la mejor de las curas